Entre San Marcos y Mr Richter

Martes 28 de Abril. Estamos en el remate de la Feria de San Marcos de Noia. Cuanta morriña. Por cierto, ayer caía en la cuenta que la gran feria de Aguascalientes y la de Noia comparten Santo. A la feria de Aguascalientes le llaman la cantina más grande de México. También es conocida por su plaza de toros y los buenos carteles que se presentan. Allí toreó José Tomás el Domingo, pero esto es santo de otra parroquia.

En México DF – la antigua pero tan presente Tenochtitlan – cae el sol. Sopla una brisa inusual que se enzarza con los árboles de Las Lomas y habla a su paso mientras corre hacia el centro del Valle. Son días calurosos para la ciudad de México. Tremendamente «tranquilos» e indudablemente enrarecidos por un ambiente, una energía turbia…quizá, en parte, producto de la sugestión.

Todo México país sigue, desde el Jueves pasado, en estado de alerta. Fue ese día, cuando la Secretaría de Salud (Ministerio de Salud) declaraba oficialmente la epidemia de influenza en el país. Hoy, Martes, cinco días después, la organización mundial de salud (WHO) elevo a nivel 4 el estado de alerta de influenza pandémica.

Algunos datos duros… A la fecha, en el país, se han realizado 2373 estudios de laboratorio en pacientes, de los cuales 172 han dado positivo, tipo «A» influenza. Hasta esta mañana eran 1995 las personas ingresadas en hospitales en todo el país. De ellos, 776 siguen todavía en el hospital bajo observación y 1070 han sido dados de alta. En total, desde el pasado Jueves, 149 fallecidos, todos bajo investigación clínica, pero sólo 22 confirmados por causa de influenza.

Expansión al 7 de Mayo 2009

Expansión al 7 de Mayo 2009

En este contexto, la ciudad de México vive una irónica tranquilidad en sus calles. Un sosiego que nadie lo quiere. El tráfico fluye como nunca se había visto en las últimas décadas, en buena parte producto del cierre de todo el plantel escolar, desde pre-escolar hasta universidades, a nivel nacional. Entre la poca gente que se ve por las calles o al volante, prácticamente todos llevan sus máscaras en la boca. Al día de hoy conseguir una máscara en la ciudad es prácticamente imposible, ni en farmacias, ni en hospitales, tampoco en tiendas de pintura, ferreterías,…nada, sólo para los que estrictamente las necesitan.

Hoy los museos guardan sus perlas a puerta cerrada. Cualquier actividad cultural ha sido cancelada. Cualquier circo deportivo también. Los restaurantes tiene prohibido, por decreto del Gobernador de la Ciudad, servir comidas in-situ a sus clientes, sin embargo, algunos, tienen autorización para realizar los pedidos a domicilio. Prácticamente todas las empresas tienen a sus empleados en régimen de «home office», trabajo desde casa. Todas las reuniones, todos los grupos de trabajo, cualquier encuentro previsto ha sido cancelado. Salvo los estrictamente necesarios, nadie se reúne con nadie; nadie quiere ver a nadie invadiendo su espacio de dos metros a la redonda, por que esa es la recomendación dada en vista de un contagio de persona a persona.

El grado de sugestión roza la paranoia. Como es natural a todo el mundo le pica la garganta, le lagrimean los ojos o tiene algo de tos. Todo el mundo está encerrado en sus casas. Todo el mundo, el que puede, ya se ha ido de la ciudad hasta que se levante la cuarentena. Unos a Acapulco, otros a Cancún, quizá muchos a Houston o Miami.

En la compañía en la que trabajo, Global Systems Inc, activamos el «Crisis Management Team» desde el pasado Viernes en la noche. Somos siete las personas que formamos este equipo (los líderes de las áreas de: Director General, Seguridad, Recursos Humanos, Gestión de Propiedades, Director Médico, Servicio de Medioambiente y Salud, y Comunicación). La tarea principal del grupo es garantizar que todos los procesos que se activan ante una emergencia o crisis estén funcionando correctamente y en constante actualización. La información pro-activa, clara y transparente a los empleados no sólo es fundamental sino que además es una obligación clara marcada por la filosofía y los valores de la compañía. No hacerlo sería incumplir normas estrictas y altamente reguladas por el área de «Compliance» (lo que vendría a ser algo así como «Asuntos Internos»).

Es importante tener en cuenta que esta compañía tiene más de 16 negocios presentes en México de diferentes rubros industriales (desde banca, pasando por entretenimiento, Tv, tecnología médica, sistemas de seguridad, hasta todo tipo de generación de energía… eléctrica, solar… nuclear) con alrededor de 25 mil empleados repartidos en 32 plantas de manufactura en varios estados del país y 6 edificios corporativos. En este contexto, articular procesos de emergencia en situaciones de crisis no es pecata minuta.

Así pués, desde el pasado Viernes enviamos distintos comunicados de forma diaria a todos los empleados, con información importante tanto a nivel de prevención como sobre medidas que el Gobierno y la Compañía están llevando a cabo. Hemos activado un teléfono de consulta para empleados con información que se actualiza de forma automática; creamos un nuevo portal electrónico con todo tipo de información, dentro de la intranet ya existente para empleados. Hemos modificado el régimen de viajes de negocio en el país, pasándolo a nivel 1 (nivel más estricto) con lo cual, cualquier viaje debe ser aprobado por el Dir General y el Dir de Seguridad, tanto para los comensales dentro del país como para aquellos que quieran viajar de dentro a fuera o viceversa. Adicionalmente, el equipo médico de la compañía ha activado un sistema de monitoring constante a empleados; a partir de mañana miércoles, en todos los acesos principales de todos los edificios de la compañía, tendremos un equipo médico revisando a todo ser humano que entre o salga y, en algunos casos, haciendo incluso 6 preguntas clave a cualquiera que ellos consideren prudente y, por si eso fuera poco, también podrán tomar el pulso a quien ellos consideren. La compañía ha realizado un pedido al laboratorio Roche de cierta cantidad de Tamiflu, únicamente para casos estrictamente señalados por el equipo médico.

Todos los días mantenemos reuniones (llamadas) de revisión de procesos, estado de los empleados, operaciones y actualización de información. Además, todos los días y hasta nuevo aviso también mantenemos una llamada con el equipo de Crisis Management Team global de la compañía, con base en USA y miembros del equipo en todas las regiones del mundo. Todos quieren conocer el estado en México y la evolución general.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente para mantener a todos los seres humanos en esta ciudad, y en todo el país, en constante estado de alerta, el día de ayer, Lunes, alrededor de las 11:30 de la mañana y mientras yo me encontraba al teléfono en la oficina, en medio de una llamada con todo el equipo de comunicación en Latinoamérica, el edificio empezó a temblar, por lo visto de una forma bastante evidente, a tal grado que las tres personas de mi equipo, que en ese momento me rodeaban mientras yo pregonaba concentrado al altavoz del teléfono, empezaron a gritar «Temblor…está temblando…tiembla!»…y, en estampida, me dejaron al teléfono sin tener muy claro que decir al resto de la audiencia. Cuando colgué, por supuesto absolutamente nadie a mi alrededor, puse pies en polvorosa. En mi carrera en busca de alguno de los puntos de seguridad del edificio (las normas rigen que nadie debe abandonar el edificio en caso de sismo) me encontré con Alfredo, buen amigo y Presidente de la compañía, quien remolcaba prácticamente en brazos a Charo, la Directora de Recursos Humanos. Me acerqué a echar una mano en vista del rictus pávido de ella y la cara de susto de Alfredo. Charo, en llanto cortado y con un nivel de temblor que dejaba en ridículo al representante de Richter de turno, caminaba arrastrada por nosotros mientras la pobre lamentaba «…hay…hay….hay pocas cosas que…que…no puedo tolerarrrr….». Me quedé con ella un rato. Cuando empezó a respirar de forma normal me pidió que le diera un abrazo. Procedí.

Pasó. Fue alrededor de escala 6 Richter. Duró segundos, no se cuantos, pero con seguridad sé que dejó la escala de nervios y estrés en cotas preocupantes.

Rato después volví a mi oficina con la intención de retomar la llamada. Alguien de mi equipo, que goza de un estado perenne de gracia y simpatía envidiable, me comentó:

– ¿Sabes que le dice México a la Influenza?
– ¡Pues no!
– ¡Mira como tiemblo!
(Y evidentemente estalló en carcajadas….y a mi, debo reconocer que también me hizo reír)

En la ciudad de México, en este horario de verano, el sol se pone alrededor de las 8 de la tarde. Son las 8:46 pm en este momento. La sensación es como si el Valle quisiera esconderse con caída del sol, confundirse con la noche, pasar desapercibido mientras pasea con Morfeo y que, con suerte, despierte en un Miércoles en el que las noticias cuenten mejores nuevas.

2 comments so far

  1. pachi on

    Mi querido Mon:

    Mandaros mucho anímo y que sepais que estamos con vosotros.

    Un beso inmenso

    • monsiso on

      Paziña, cómo vamos mi amol?! Estuve dos días en Madrid hace un par de semanas pero ni te llamé por estuve hipotecado por completo. Eso si, te tuve en mente. Cómo vas? Manolo cómo anda? De los pichones Dundún y la italiana qué sabes?

      Bicos a ondanadas


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